miércoles, 30 de marzo de 2016

Artículos "Pobre El Palo" y "Territorio El Palo"

El barrio de El Palo, donde está ubicado nuestro Instituto y donde vivimos la mayoría de alumnos y profesores, está siendo objeto de polémica en la ciudad de Málaga.
El detonante ha sido un lamentable hecho violento sucedido en el campo de fútbol San Ignacio, donde tiene su sede el Club Deportivo El Palo que juega en tercera división y donde entrenan muchos alumnos del Instituto, principalmente en la categoría Infantil.
El escritor Pablo Aranda, nacido y criado en El Palo, escribió el pasado 25 de marzo un artículo titulado "Pobre El Palo" en el que reflejaba su parecer sobre la situación actual que se vive en el barrio. A raíz de su columna, recibió numerosas críticas por las redes sociales y otros medios, lo que le llevó a realizar una aclaración en el grupo de Facebook Zoyderpalo (que también cuenta con la web www.zoyderpalo.com).
A continuación se exponen el artículo íntegro de Pablo Aranda y su nota aclaratoria posterior, así como otro artículo de Pablo Bujalance y Victoria R. Bayona publicado el 27.03.2016 en el Diario Málaga Hoy, donde con el título "Territorio El Palo" analizan el barrio desde su perspectiva periodística.

TRABAJO  A  REALIZAR: Tras una lectura pormenorizada de ambos artículos, redactar un análisis crítico de los mismos, bien compartiendo los puntos de vista de los periodistas y por qué, o en su caso rebatiendo con argumentos lo que consideréis son afirmaciones inexactas o que no se ajustan a la realidad del barrio. Indicar las frases más significativas, problemáticas o que te hayan llamado la atención de entre las que aparecen en el artículo (Límite: 3 de mayo de 2016 a las 00.00 horas).


CITA EN EL SUR
POBRE EL PALO
PABLO ARANDA
25 marzo 2016  22:30
http://www.diariosur.es/opinion/201603/23/pobre-palo-20160323003645-v.html

Pobre El Palo. Con sus playas, sus espetos, su sabor a pueblo porque es como un pueblo y tú no eres de ese pueblo aunque vivas allí si no te anteceden cuatro generaciones, con mi adolescencia y mi juventud y mi familia y mis amigos y sus asociaciones y su gente y la fuerza de su muchachada con ropa ajustada de anchos bolsillos para que quepan navajas de hoja plateada como las sardinas que se malvenden espetadas a dos euros. En El Palo hay mucha buena gente y también hay un campo de fútbol que da miedo. Hay buena gente en el club de fútbol pero cuando otro equipo ha de jugar allí dicen uf, El Palo, porque hay de todo pero son frecuentes las amenazas y las peleas, que son frecuentes en el fútbol en general, catalizador de tanto papá y mamá frustrados y con un niño que es Messi y un árbitro adolescente que es un hijo de la grandísima puta y perdonen la palabrería pero la digo y así se ahorran comprobarlo en el campo de fútbol (no sólo en el de El Palo, por supuesto, aunque pregunten por ahí y comprueben la triste fama: pobre El Palo). El domingo ganaron un partido crucial, un partido del siglo (de esos que hay unos cuantos cada mes), y al terminar el partido los campeones gritaban en corro campeones campeones y saltaron espectadores a la arena de césped artificial y, mientras un valiente jugador de El Palo agarraba a un delantero del Alhaurín, un grupo de espectadores le daba puñetazos, cadenazos y dos puñaladas que iban a matar. Al segundo entrenador de El Palo, intentar proteger al jugador del Alhaurín le costó nueve puntos de sutura de una cuchillada en la pierna. Este heroico segundo entrenador es policía nacional, como policía nacional -no tan heroico- era el jugador del Mislata que golpeó en Valencia a un árbitro de diecisiete y le reventó el bazo.
Hoy se reúne el Comité de Competición y se espera que se cierre el campo de El Palo para los partidos de ese equipo. El presidente del Alhaurín ha exculpado a la afición de El Palo, y el presidente de este club confiesa sentirse incapaz de controlar a los radicales de las gradas. "He echado a mucha gente, pero siguen saliendo, siguen saliendo y siguen saliendo", afirma: no es solo cosa de un loco. Se da la circunstancia de que los dos sospechosos de la agresión son jugadores. No sé si hay solución. Algunos piden que los partidos se jueguen sin padres, pero qué culpa tienen los padres civilizados. No sé por qué tantos clubes protegen a sus aficionados y jugadores violentos, por qué no les impiden la entrada y, si no lo consiguen, impiden que sus hijos jueguen y tal vez entiendan el daño que producen, como lo entenderán si son los causantes de que su equipo pierda o quede descalificado. Nuestro carácter civilizado está cogido con pinzas. El viento del fútbol hace volar las pinzas. Si no puede impedirse, habrá que cerrar el fútbol. Que ganen los violentos. No son pocos. Pobre fútbol.


Aclaración realizada por Pablo Aranda al grupo de Facebook Zoyderpalo el día 28 de marzo de 2016
Pablo Aranda, escritor en Diario SUR, desea compartir con nuestra comunidad de lectores la siguiente nota aclaratoria sobre el contexto de su publicación -llevada a cabo días atrás- relativa al barrio de El Palo, y que tanta polémica ha generado en el seno de su vecindario:


  • “Buenas tardes, os escribo porque por vuestra reacción está claro que no he sabido expresar lo que deseaba. Algunos decís que en El Palo hay gente normal, estupenda, que es un barrio maravilloso. Todo eso lo sé. Cuando hablo de violencia en El Palo me refiero exclusivamente a la gente violenta, no a toda. Habéis sentido que he generalizado, pero aunque pueda entenderse así no lo he hecho. Cuando hablo de “muchachada con navajas” quería referirme exclusivamente a la muchachada con navaja, NO a todos los muchachos y muchachas de El Palo, que son mayoría. Cuando hablo de malvender sardinas, trataba de hablar bien de los espetos. Malvender no es vender mal, es no vender por su precio, que es altísimo por ser un manjar fresco y pescado ahí mismo, no es en absoluto un insulto ni un intento de que suban de precio. Tomarse un caldito de pintarroja a dos euros es regalado, y si digo esto no pretendo que suban el precio ni estoy insultando a quien lo vende así. 
  • El artículo lo escribí porque el tema me duele, porque realmente es un problema, porque han sido detenidas dos personas pero en la trifulca participaron más, porque no es la primera vez que interviene la policía en el San Ignacio, porque el presidente se mostró impotente con el problema y habló de que limpiaba las gradas de radicales “y siguen saliendo, siguen saliendo y siguen saliendo”, dijo. Y creo que hay que amar al barrio de uno al completo, la parte buena –que en el caso de El Palo es la mayor- y también combatir la parte mala. ¿Que en otros barrios también hay violencia? Por supuesto. Y si alguien me sigue en el periódico sabe que me he ocupado de la violencia en otros lugares, pero creo que toca hablar de El Palo (hablar sobre esto en concreto, sobre las maravillas de El Palo también hablé nada menos que ocupando una doble página de Diario Sur hace justo dos años), reflexionar sobre esto, plantearse si todo es perfecto o qué aspectos se podrían mejorar, y si cada uno, cada una, puede hacer algo o no. Yo creo que sí. 
  • De verdad que siento mucho no haber conseguido transmitir esta idea.
  • Muchísimas gracias por permitirme publicar esta explicación.”

Desde estas líneas agradecemos y valoramos sobremanera este gesto que le honra y, en nombre de terceras personas, le pedimos disculpas por los comentarios fuera de contexto que hayan podido resultar de caracter ofensivo.







PULSO A UN BARRIO

Territorio El Palo

Condicionado por su naturaleza periférica y su propia ‘leyenda negra’, lucha por reafirmarse como enclave obrero y multicultural.
P. BUJALANCE · V. R. BAYONA MÁLAGA |
27.03.2016 - 08:55

http://www.malagahoy.es/article/malaga/2249575/territorio/palo.html

En unas jardineras que salen al paso junto al mercado dos hombres mantienen instalado un mercadillo con libros de segunda mano, en el que también puede encontrarse una jaula y diversos útiles domésticos. Una mujer detiene su carrito de la compra y se pone a hojear unas novelas infantiles mientras, casi a su espalda, un joven subsahariano mantiene una larga conversación con el móvil apoyado a la entrada de una farmacia. Este Sábado Santo ha traído consigo un veranillo adelantado y en el trasiego abundan las prendas ligeras y las mangas cortas: aquí, en esta promesa del estío, El Palo se reconoce a sí mismo. Es mediodía y en los puestos del mercado todavía se cantan las excelencias de los productos, aunque el barrio parece más barrio a su espalda, en la calle Miguel Moya, el surco peatonal en el que una peluquería atestada anuncia tintes a 5 euros. La actividad comercial se traslada al aire libre: una gitana vende espárragos bien suculentos, como para abastecer de tortillas a toda la Costa del Sol, y el bien conocido puesto de golosinas y caramelos recibe a su acostumbrada clientela. Las fruterías que se han multiplicado en los últimos años hacen también de la jornada, anclada sin misericordia entre dos festivos, su particular agosto. Y entre quienes buscan plátanos, ciruelas y verduras se mezclan gentes de todos los orígenes: mujeres con hiyab, parejas que discuten con sonoro acento centroamericano, africanos altos y sonrientes y hasta algún turista japonés que ha llegado hasta aquí haciendo fotos. Pasadas las Cuatro Esquinas, junto a la calle Real, una pintada sobre un muro encalado que reza El Palo con Limasa recuerda la índole reivindicativa y socialmente activa vinculada tradicionalmente al barrio, poderoso caldo de cultivo para los votos de IU en la capital. Y un tanto más allá, conforme se avanza por la Carretera de Almería en dirección Este, los abuelos se reúnen a discutir de política, de cocina y de lo que haga falta sentados en los bancos cercanos al campo Nuevo San Ignacio, donde el recientemente apuñalamiento de Samuel Galán, jugador del filial del Alhaurín de la Torre, ha vuelto a llevar al enclave a una posición incómoda. Pero esta no es la primera vez que El Palo lucha por sobreponerse a su propia leyenda negra, tal y como dejaron bien claro los vecinos que tras el suceso salieron a manifestarse para reclamar más deporte y menos violencia. Atravesada la Avenida Salvador Allende acontece el mar al fin, pleno y radiante, como exento de tales negruras. Pero aunque la temperatura acompaña, el viento desluce el solaz de los potenciales bañistas.


El Palo debe su nombre al término latino palus, que podemos traducir como marisma.  De hecho, tal y como apunta un informe del Ministerio de Fomento de 2001, la morfología de las diversas fincas existentes antes de la Reconquista de 1487, dispersas en torno a numerosas lagunas, marcó a fuego el destino de la zona desde sus orígenes. Asentamiento fenicio primero y romano después antes de la dominación árabe, la extensión fue sufriendo una paulatina pero continua despoblación a lo largo de los siglos, hasta que en el XIX se instalaron aquí diversas familias procedentes de otras poblaciones afectadas por la sequía. La pesca y la agricultura se convirtieron en las principales actividades económicas, aunque la desconexión con el resto de la ciudad dificultó enormemente el desarrollo del área, un problema que el tranvía vino a solucionar en el siglo XX sólo de manera muy parcial. Posteriormente se pusieron en marcha otras iniciativas para reducir el aislamiento de El Palo, nunca con demasiada fortuna: ya en 1940 Franco quiso resarcir un tanto el entorno de la Carretera de Almería del brutal castigo infligido en la Guerra Civil con la construcción de las llamadas casas ultrabaratas, medida calcada de las casas baratas que Alfonso XIII mandó levantar en Ciudad Jardín durante los años 20 y dirigida a la población en mayor riesgo de exclusión que entonces se agrupaba en chabolas aunque con bastante menos éxito (al contrario de las de Ciudad Jardín, fueron derruidas). La forja humilde se mantuvo así en el barrio, no sin trances conflictivos. En las últimos décadas El Palo se ha convertido además en un nudo de amplia naturaleza multicultural y un ejemplo notable de integración, con numerosas organizaciones sociales y vecinales implicadas en la convivencia; la naturaleza periférica de la zona, sin embargo, obliga a hacer esfuerzos extra.

La acepción humilde y el aislamiento terminaron forjando, de manera un tanto inevitable, unaleyenda negra respecto a El Palo contra la que los vecinos trabajan para ofrecer una imagen muy distinta, si bien es en este siglo cuando el lado más oscuro de la historia ha incorporado a sus agentes más sonoros. Fue en 2000 cuando Rafael Fernández Reyes, más conocido como El Cachulo, mató cuando aún era menor de edad a un hombre de 33 años con ocho cuchilladas. En 2009, después de una condena a ocho años en un centro para menores que no llegó a cumplir en su totalidad, el mismo Cachulo recibió un disparo de escopeta en el área paleña conocida como Las Cuevas, una de las más peligrosas del barrio, que a punto estuvo de acabar con su vida. Dos hermanos de Fernández Reyes fueron condenados además a 121 años de cárcel por un doble crimen cometido en Pedregalejo en 1999 a cuenta del control de determinados bares de copas de Málaga. También ha dado no pocos titulares el llamado clan de los Aranda, implicado en el narcotráfico y el blanqueo de dinero, cuyos cabecillas fueron detenidos en 2007, en una operación en la que también terminaron bajo arresto un director de banco y varios empresarios farmacéuticos. Para el anecdotario queda en este repaso la figura de Erik El Belga, uno de los mayores ladrones de arte del último siglo en todo el mundo y vecino muy popular en El Palo. Ahora, el apuñalamiento de Samuel Galán se incorpora al capítulo menos deseable de la historia de El Palo, una desgracia mayor por cuanto afecta a uno de los ejes de la identidad del barrio: el fútbol.

Además de los hitos que ha podido contar en los últimos años el CD El Palo, que ha militado dos temporadas en Segunda B, el antiguo San Ignacio es celebrado aún como fábrica incombustible de talentos del calibre de Basti, Portillo y Carlos Aranda, que jugó en el Real Madrid, el Sevilla, el Zaragoza y el Granada (y quien, sin embargo, como para añadir más leña al fuego, fue detenido el año pasado en Málaga tras una reyerta a las puertas de una discoteca en la Plaza de Uncibay). Preguntado al respecto, otro futbolista criado aquí, Raúl Gaitán, lamenta el último suceso que ha terminado con dos jugadores del filial de El Palo en prisión por un presunto delito de asesinato en grado de tentativa: "Nunca ha pasado nada tan grave como esto, pero espero que no manche la cantera de futbolistas ni a la buena gente de la barriada. El Palo ha cambiado mucho desde mi infancia: antes sólo pensabámos en estar en la calle con un balón y cuatro piedras para hacer las porterías y era todo jugar, jugar y jugar. Eso, hoy por hoy, no se hace, ni en El Palo ni en ningún otro lado. Yo estoy encantado de haberme criado aquí, de haber jugado en El Palo y de ser paleño". Apunta Gaitán un matiz interesante: "La gente de El Palo tiene su cosilla diferente, su guasa, como yo digo. Debe ser por el carácter, que es algo que se percibe en el fútbol. El futbolista paleño se caracteriza por el ímpetu, pero es que la barriada lo da". Y añade: "El Palo siempre ha sido como un pueblo. Antes tu puerta estaba abierta, entraba el vecino a coger una herramienta, un tornillo, sal, lo que fuera. En pocos sitios se podía se podía vivir con esa tranquilidad con la que vivíamos allí. Pero lo bonito y lo bueno se nos va, se pierden esas costumbres".

Esta noción independiente, como de municipio aparte, unida a esa posible fortaleza del carácter, todavía es abundante entre los vecinos. Como recuerda el profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga Francisco Paniagua, nacido en los antiguos corralones del barrio, "todavía seguimos diciendo 'vamos a Málaga' cuando vamos al centro". Y es que El Palo es "un barrio con su filosofía propia; el carácter de la gente es casi como el de un pueblo que en muchas cosas se ha ido modernizando pero en otras cosas sigue siendo igual". Esta impresión obedece a un aislamiento urbanístico esencial para el que los diferentes PGOU no han sabido encontrar remedio, pero, más allá de las dificultades geográficas, habría que preguntarse si esta (a menudo) escasa identificación con Málaga responde a un desapego por parte de El Palo hacia el resto de la ciudad (como por lo general se sostiene) o ha sido Málaga la que quizá no ha sabido (o no ha querido) hacer de El Palo una cuestión propia, dejados a un lado los populares restaurantes y marisquerías a las que acuden malagueños y turistas de todas las latitudes. Algunos elementos y equipamientos esenciales tuvieron su última implantación malagueña en El Palo: Paniagua señala que el barrio no se asfaltó hasta mediados de los 80, y que "hasta que no embovedaron el arroyo, no podíamos ir al colegio cuando llovía. Incluso una vez recuerdo cómo entraban las olas al colegio". Pero las carencias en cuanto a servicios municipales son todavía notables. El mismo Paniagua echa en falta más zonas verdes, una verdadera asignatura pendiente en una extensión de tan alta densidad de población; y lo mismo podríamos decir de áreas de juegos infantiles, claramente insuficientes, así como de equipamientos sanitarios: la reivindicación de la Asociación de Vecinos para la construcción de un centro hospitalario es ya histórica. 


En el listado de cuentas pendientes, el asunto cultural es especialmente doloroso. El presidente del Ateneo de Málaga, Diego Rodríguez, que también es vecino del barrio, afirma que El Palo "está necesitado urgentemente de espacios culturales que puedan ofrecer a los ciudadanos una programación digna en cuanto a música y teatro, por ejemplo. Los espacios culturales son prácticamente inexistentes y no ocurre lo mismo en otros distritos. Ojalá que el antiguo cine Lope de Vega se convirtiese en un espacio cultural importante. En el Palo haría falta una especie de Ateneo de El Palo, una extensión del Ateneo. Con todo lo que significa esa palabra: una oferta diversificada de la cultura". Rodríguez subraya igualmente que a este lado de la ciudad "hay un potencial cultural muy importante y hay grupos con inquietudes a los que les falta espacios donde desarrollar sus iniciativas", lo que vendría a justificar más equipamientos en este sentido. De ello da cuenta el director teatral José Antonio Triguero, que fundó a mediados de los 80 la Asociación Juvenl Mirapalo y la compañía del mismo nombre: "Siempre que hemos hecho algo en El Palo, la respuesta ha sido brutal. Cualquier cosa a nivel cultural que realices tiene una respuesta inmediata". Si en sus inicios Mirapalo trabajó el estímulo de actividades artísticas, su vocación es actualmente más vecinal, "orientada al encuentro con la gente, porque poco a poco esto se va perdiendo". La vida aquí, dicen los paleños, es amable. El resto es cuestión de futuro.

17 comentarios:

  1. Me siento decepcionado por lo sucedido aquel día en el San Ignacio, esos tipos de actos no deberían de representar al barrio, nos hace vernos como animales para todo el mundo. Me ha llamado la atención lo que ha dicho el presidente del palo en la primera noticia "He echado a mucha gente, pero siguen saliendo, siguen saliendo y siguen saliendo, no es solo cosa de un loco'' porque yo he estado en ese club y todo lo que dice es cierto, a pesar de toda la gente buena que hay en el barrio, solo se hacen ver a los impresentables.En el Palo hay todo tipo de gente. La mayoría es gente buena y normal, aunque sea cierto que haya unos cuantos personajes que le den a nuestro barrio esta fama de chungo, violento e incluso peligroso.
    Gente chunga y violenta hay en todas partes, pero para mi, eso es cosa de la familia en la que te cries y como te eduquen, no es culpa del barrio.

    ResponderEliminar
  2. Precisamente yo no formo parte del vecindario de El Palo y creo que esto da otro punto de vista en cuanto a esta situación. Mi opinión no coincide en su totalidad con la de ninguno de los periodistas. El tema del fútbol se ha descontrolado ya sea en El Palo como en cualquier otro lugar. Hablando con un conocimiento general, el público que atrae este deporte tiene una gran variedad y lo que puede enpezar siendo una pequeña trifulca entre dos aficionados de equipos contrarios, puede acabar de manera violenta y muy seria. No creo que el tipo de barrio afecte notablemente a este comportamiento. Cada uno es responsable de su autocontrol, educación, respeto, toleracia y civismo. La gente debe empezar a concienciarse de que el deporte, tanto el fútbol como el ping-pong, fueron creados como una forma de entretenimiento y fomento de la vida sana y no para causar mal alguno.
    Cada lugar tiene sus propias costumbres y tradiciones pero esto a veces puede jugar en su contra. Estoy de acuerdo en que aún falta mucho por modernizar en El Palo pero también en muchos otros lugares de Málaga y, no por varios sucesos ocurridos aqui hay que desprestiguiar al barrio al completo.

    ResponderEliminar
  3. Yo creo que el autor del artículo refleja una parte de la realidad del Palo, pero solo una parte, la parte peligrosa, la parte oscura y la parte violenta del barrio (parte que tienen absolutamente todos los barrios).
    Entiendo que los miembros de Zoyderpalo.com se ofendiesen en principio, ya que el autor no expresó demasiado bien algunas de sus ideas, pero luego las aclaró en su segundo escrito.
    Algo que debemos aceptar y cambiar es el tema de la violencia en el deporte. Es increíble cómo algo que está pensado para pasarlo bien y fomentar el trabajo en equipo pueda crear situaciones tan violentas como la acaecida el otro día.
    Pero una vez que salimos del tema de la violencia en el deporte y de unos cuantos personajillos que dan mala fama al barrio, nos encontramos con que el Palo es un muy buen barrio, acogedor y seguro (y lo digo yo que soy de Las Cuevas, barrio siempre relacionado con la violencia).
    Agustín de la Cruz Morales

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Yo creo que este artículo refleja la infame actitud de los periodistas al otorgar a nuestro barrio como un barrio peligroso, malas personas hay en todos sitios pero ello es lo único que reflejan los periodistas, los errores y las malas noticias como estas que dan mala imagen a nuestro barrio sin merecerlo, porque la mayoria no somos mala gente, pero la maldad de uno se refleja en todos los demás.
    Fue un mal acto eso está claro pero promulgar que nuestro barrio es un lugar hostil no me parece justo

    ResponderEliminar
  6. http://elblogdemarinagalera.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  7. http://angelacid8.blogspot.com.es/2016/05/criticas-hacia-el-palo.html

    ResponderEliminar
  8. En mi humilde opinión, los periodistas han descrito la parte triste del barrio y me ha dado la impresión de que lo han sobredimensionado. Si bien es verdad que es lamentable lo sucedido en el estadio, los periodistas dejan entender que la violencia es el pan de cada día en el barrio, cuando en realidad, no creo que sea así.

    ResponderEliminar
  9. En mi humilde opinión, los periodistas han descrito la parte triste del barrio y me ha dado la impresión de que lo han sobredimensionado. Si bien es verdad que es lamentable lo sucedido en el estadio, los periodistas dejan entender que la violencia es el pan de cada día en el barrio, cuando en realidad, no creo que sea así.

    ResponderEliminar
  10. http://juancruz21.blogspot.com.es/2016/05/comentario-de-texto.html

    ResponderEliminar
  11. En el articulo "Pobre El Palo" , mi opinion es la siguiente: l que exprese la frase "pobre El PALO" sinceramente me da mucha pena que se haya llegado hasta este extremo, yo tengo amigos en ese club y conocia personalmente a los dos protagonistas de esta situacion y nunca pensaba que harian eso , y creo que por hacer eso hemos pagado los demás ya que no se puede ver ningun partido de esa categoria.También decir que antes de que esto pasara ya teniamos mala fama, no quiero imaginar ahora, y no olvidar que en El Palo también hay muchisima gente buena , lo que pasa que en estos casos, pagamos todos y ya supuestamente somos todos gente violenta.

    ResponderEliminar
  12. En el artículo "Territorio El Palo" mi opinión es la siguiente: este barrio no ha tenido buena fama nunca, auqnue su gente luche por ella y haya gente que la este liando por asi decirlo , impiden con sus actos que El Palo tenga buena imagen.
    Se rige por el pasado de esta barrio, con tan malas situaciones y a la vez tan bonito , ese paseo maritimo con sus chiringuitos y sus barcas en plena playa llenas de espetos de sardina.
    Bueno resumiento que este barrio aunque tenga mala fama , hay gente y lugares estupendos y estoy agradecida de ser paleña y decepcionada de que la gente de aqui sea protagonista de tantos malos momentos.

    ResponderEliminar
  13. Lo que sucedió aquel día nunca debió de haberse dado, es fútbol, es un deporte para pasárselo bien, no para intentar matar a la gente.
    Los involucrados en este hecho no representan el barrio, un barrio en el que paso bastante tiempo, y que conozco bastante gente ´´buena´´´.
    Aunque los escritores de los artículos han puesto al Palo cómo un barrio peligroso, cosa que en mi opinión, normalmente no es.

    ResponderEliminar
  14. Lo que sucedió aquel día nunca debió de haberse dado, es fútbol, es un deporte para pasárselo bien, no para intentar matar a la gente.
    Los involucrados en este hecho no representan el barrio, un barrio en el que paso bastante tiempo, y que conozco bastante gente ´´buena´´´.
    Aunque los escritores de los artículos han puesto al Palo cómo un barrio peligroso, cosa que en mi opinión, normalmente no es.

    ResponderEliminar
  15. En estos articulos se habla del asesinato cometido en el campo de futbol el cual es cierto que tiene muy mala fama no sólo en málaga sino en España en general. Articulos con los que mucha gente se ha sentido ofendida aunque si bien es cierto que puede que se haya exajerado un poco y generalizado en este caso un asesinato es un caso muy grave. lo que esta claro esque hay que erradicar este tipo de comportamientos en el barrio en el que muchos de nosotros nos hemos criado y sabemos la buena gente que aqui vive .

    ResponderEliminar
  16. http://ssz17gmceli.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar